El color del verano fue parte de la instalación: amarillo. Pero no cualquier amarillo, sino uno furioso, fluo. Sobre pequeñas tarimas, frente a su local de Paseo Alcorta, entre piezas oversized, amplios pantalones carrot y deliciosos vestidos de seda (que AME), Chocolate mostró una colección casi sin estampas.
El lino fue uno de los materiales privilegiados, desarrollado en colores de la naturaleza y pasteles que se mezclan con los kakis. Otras piezas fundamentales: las camisas oversized, de corte masculino, las blusas de seda, los sacos boyfriend y los pantalones de cupro (el género IT del verano, también presente en la colección de Ayres), los pijamas de seda. Me encantaron las sandalias de tonos rabiosos, las azules son lo máximo. Siguen las camperas motoqueras, de denim y cuero.
Pocas cosas me gustan tanto como una prenda bien confeccionada con un buen desarrollo del color, así que adoré esta teporada de Chocolate, entre tonos tierras y crudos, rosa Blush, celeste pastel y y
cemento con irrupción de tonos vibrantes como el lemon flúo, menta y coral. Voy a por ellos.
Fotos: cortesía BAFWeek.