Este invierno leí Sociología de las Tendencias, un libro de Guillaume Erner, un investigador del laboratorio GEMAS de la Université Paris-Sorbonne. El libro indaga los estudios sociológicos que buscan explicar de forma teórica las tendencias, ese extraño fenómeno por el cual diferentes individuos, sin haberse puesto previamente de acuerdo, muestran los mismos deseos de forma simultánea y en diferentes lugares del mundo.
A medida en que se suceden los capítulos el autor explora los distintos abordajes a los fenómenos del gusto colectivo. Recorre desde la teoría de Baudrillard, de Barthes, a la concepción de Pierre Bourdieu, que imagina que el gusto no existe y que es solamente una consecuencia de la organización social, asociada al capital cultural y económico. Pero también habla de las teorías manipulacionistas, de las agencias de predicción de tendencias, de la ley de la obsolencia y otros conceptos interesantes para entender el fenómeno desde distintos puntos de vista. Lo interesante del libro es que expone los distintos enfoques de los autores más relevantes de la sociología del gusto, la moda y las tendencias y demuestra lo profundo, abarcativo, complejo y fascinante que es intentar decodificar esos mecanismos. Las grietas (y es predecible que así sea) es que no hay conclusiones al respecto. O más bien, la conclusión pareciera ser que no hay forma coherente de explicar o predecir el fenómeno de las tendencias.
Algunas textuales que me llamaron la atención:
- "La creencia en la existencia de una imposición social fuerte y misteriosa constituye el obstáculo principal para a comprensión de las tendencias".
- "Preguntarse por la vida de las tendencias permite dar con un principio esencial de la idea democrática: el gobierno de la opinión".
- "La democracia confiere un prestigio particular a los deseos de la mayoría. Esto es cierto tento en el ámbito de la política como en el de los gustos. Por esta razón, la sanción del público aparece cada vez más respetable y su legitimidad se discute cada vez menos".