Es probable que muchas de ustedes estén o hayan estado, en estos días, cambiando ropa. Porque post-rush de compras, llega el rush de cambios. Hay que salir a cambiar los regalos que no te quedaron bien o no te convencieron del todo y rápido, porque se viene la liquidación que cada vez llega antes, y no te toman el valor total del regalo, se acaban los talles, etc.
A menudo, a menos que traiga cosas sin talle -carteras, cinturones, perfumes, maquillaje-, Papá Noel no llega a buen puerto. Trae ropa chica, o grande, cosas que no te gustan, o que no tienen nada que ver con tu estilo sino con la manera en que la persona que regala quiere que te vistas. Siempre pasa, y nos pasa a todas.
En mi caso, fui a cambiar estas hermosas belerinas Paruolo cona apliques de flores de cuero en la capellada y el talón que me regalaron porque no me fueron bien (compraron mi talle exacto, pero como los zapatos se ajustan con elástico en el talón, me van un poco apretados) y antes de que me arruinen, decidí cabiarlos. Me gustan mucho, me encanta el color y las florcitas, pero es muy ariesgado confiar en que vayan a amoldarse. Lamentablemente no había talle, y las tuve que cambiar por otra cosa: me llevé algo que no tiene nada que ver!
Lo cambié por estos zapatos de taco chino y tiras que se ajustan con hebillas. Es complicado ponérselas, demora bastante tiempo y paciencia, pero valen la pena, me parecce. La diferencia fue de solo $30 y era el último par que quedaba. No se si es un buen cambio porque los zapatos los voy a usar menos, en cambio las balerinas eran aptas para todo. Pero no tuve muchas opciones y fue lo que más me gustó del local.