Six O' Clock Tea, primera parte: Zitta, Caro Sosa, Carina Farinaccio y Josephine B

La semana pasada estuve en el Six O' Clock Tea. Fui a trabajar, así que no saqué muchas fotos. Pero igual armé una cobertura. La cita fue en la residencia del embajador de Alemania, una construcción enorme, con un estilo racionalista muy sencillo, en el barrio de Cañitas. Allí comimos algunas delicias hasta que comenzó el primer bloque de desfiles. El evento estuvo conducido por Carminne Dodero, la anfitriona, acompañada por Agustina Lecouna. El primer bloque de desfiles:

Fabián Zitta:
Empezó muy bien. Y fue difícil de superar el primer desfile. El creador argentino se inspiró en la exposición Universal de Artes decorativas desarrollada en el Gran Palais de París,en 1925 y en las primeras corrientes de arquitectura de vanguardia. Fue una colección de siluetas lánguidas pero femeninas, con el aplique de encaje como recurso. Los zapatos, de Sylvie Geronimi y los ramos, de Andrea Garrido.

Caro Sosa: Es una etiqueta que se dedica al tejido de punto. Es un trabajo muy original, de piezas en tonos claros, nude y dorado, mixturados con el brillo del satén y la seda. Con aires retro en los detalles: tablitas, volados y mangas con calados le dieron un toque femenino interesante, aunque yo no soy particularmente fan de los tejidos.

Carina Farinaccio:La firma trabaja con materiales naturales: coral, magnesita, turquesa, jade, turmalina, cristales, perlas de río y ágatas. La inspiración son los viajes de la diseñadora, pero creo que las piezas no se lucieron tanto, quedaron un poco opacadas por el estilismo. El conjunto de los catsuits blancos unidos al peinado y los tacos altos, todo junto hizo que la atención se desviara de los accesorios. Tal vez un puñado de vestiditos clásicos negros hubieran sido una mejor elección. Pero es una humilde opinión.

Josephine B:Entre gritos de Johnny Rotten, de Sex Pistols (no se si me estaré poniendo vieja pero el volumen estaba demasiado fuerte), surgieron modelos vestidas con un look rocker teen. No estuvo mal, pero desentonó bastante del resto. Una mezcla del punk con el estilo gótico y el grunge para un mix de espíritu adolescente.

Entonces llegó el brake, para hacer un refill de café y charlar un rato. Continuará...