La historia es más o menos la siguiente: hace un año, aproximadamente, me tocó escribir la nota de tapa del Especial de Moda de ¡Hola! Para eso, me levanté un sábado a una hora absurda y por cercanía, me tocó pasar a buscar a la protagonista de la sesión de fotos: Eugenia Suárez. Subió al auto como un torbellino de energía, y una de las primeras cosas que hizo fue sacar de su cartera un pequeño frasquito (similar al de un esmalte de uñas), y se lo puso sobre las mejillas y los labios, y la cara se le iluminó. Me sorprendió el efecto rozagante que tomaron y no pude no preguntar.
"Es Benetint, una marca que comprás en Sephora", dijo, como si nada. Desde ese momento, busqué, investigué (no había muchas formas de conseguirlo en Buenos Aires) hasta que el mes pasado me fui de vanaciones, y por supuesto, corriendo al Sephora a gestionarme un Benetint. Claro, no había. Es que a pesar de que la marca, Benefit, está en el mercado hace tiempo, su producto estrella, el Benetint, está atravesando una etapa de furor absoluto generado exclusivamente por el efecto de la publicidad boca a boca.
Ahora hablemos de la magia: es, básicamente, una tinta líquida, color grosella (el que ven a la derecha, que es el clásico). Y el efecto es el secreto del éxito: no parece maquillaje sino hace que tu cara se vea saludable, labios y mejillas rosadas en su punto justo. No se nota para nada. Así que, aunque no es taaaaan barato como el pack parece, compré dos de los tres tonos disponibles, rezando que duren. Chicas, altamente recomendable.
Fotos: MH.